En el contexto de las denuncias que han salido a la luz de Octavio Rettig y Gerry Sandoval por mala práctica en ceremonias de bufo quiero compartir mi experiencia con esta medicina.
Para que se enteren: El bufo es una sustancia que libera por la axila un sapo del desierto de sonora, cuyo nombre científico es Bufo Alvarius que sale de un letargo en la tierra una vez que llueve. Esta sustancia se seca y se cristaliza. Una vez que es quemada su composición química se transforma en 5-meo-dmt, una sustancia ligeramente distinta al DMT y más potente. La diferencia está en que el 5-meo-dmt es un promotor. Eso quiere decir según entiendo, que provoca que uno mismo genere la sustancia.
En fin. Había acompañado una ceremonia antes de hacerlo yo, y no entendía muy buen cuál era el efecto. Solo notaba que dormitaban y tenían ensoñaciones muy profundas, y al terminar les veía muy relajados pero pensativos, como si procesaran mucha información.
Decidí hacerlo de todos modos e intentar alejar esos temas de mi cabeza y mentalizarme para disfrutarlo. Medité un poco y me puse en contacto con mi respiración. Hicimos una invocación a mis ancestros y demás espíritus que me protegen y les pedimos su guía para esta exploración que estaba por hacer. Pero me seguían llegando dudas sobre mi existencia, mi propósito, mi futuro, tener hijos, si debía de cambiar de trabajo, o qué chingados voy a hacer de mi vida, y ahora, este pleito que ni me involucra a mí. Mis dos perros se durmieron a un lado de la cama. Justo antes de fumar me llegó un pensamiento porque me acordé de un video de facebook, una toma cenital hecha con dron de las olas llegando a la playa: yo soy el mar. Empecé a respirar tan profundo como el mar mientras lo visualizaba. Inhalé el humo lo más profundo que pude. Tiene un sabor acre.
-Yo soy el mar- pensaba otra vez mientras retenía el humo. Empecé a sentir cada filamento de mi sistema nervioso. Mis piernas me pedían que las extendiera, y solitas empezaron a buscar su postura más relajada.
Exhalé y sentí una invasión de colores sobre mi córnea. Me retuvieron y fumé menos intensamente una tercera vez y me dejé caer sobre la cama. Yo soy el mar. Mi respiración con ese pensamiento tenía ya carta abierta de respirar lo más profundo posible. Mi cuerpo demandaba un reacomodo mientras estaba interactuando con esta sustancia que ya sentía sobre todo mi sistema nervioso. Me daba cuenta de esas tensiones tan leves y permanentes que pasan desapercibidas por la costumbre de tener malas posturas. Qué hermosa sensación esta de sentir cada milímetro del cuerpo.
No tuve taquicardia, ni se aceleró mi respiración. Pero la flecha ya estaba tirada. Yo soy el mar, y como tal respiro como el mar, profundo, inconcebiblemente profundo. Ni en la clase más fuerte de yoga, ni corriendo de la policía sentí una respiración así de fuerte. No conocía la potencia de mis pulmones, de mi estómago, de mi pelvis. Respiraba con todo el cuerpo. Me retorcía. No habían pasado ni 5 minutos y pensé que sin lugar a dudas estaba viviendo la experiencia más fuerte de mi vida. Nunca había sentido con tal fuerza todo mi cuerpo. Ya no controlaba mi reacción. Inhalaba y escuchaba las olas del mar llegar. Cuando exhalaba, la fuerza del aire al salir me doblaba el cuerpo por la mitad. Me levantaba en la cama como la niña del exhorcista. Se me empezaban a remover cosas en el cuerpo y en la cabeza. Recordé que para cantar mantras, como con el tradicional Om, lo más recomendable es no hacer ningún esfuerzo por vocalizar o entonar, que la salida natural del aire del cuerpo genere la nota que tiene que generar el mantra. Eso hice. Dejé que el aire saliera sin esfuerzo. Me seguía doblando por la mitad y empezaba a emitir sonidos que no controlaba. Al principio eran notas largas, desde el estómago y la garganta abierta, que terminaban en un gemido liberador. En una de esas exhalaciones sonaron varias notas como las que hacen en el canto mongol, con distintos registros armónicos al mismo tiempo. Me asombraba. No sabía que podía hacer eso. Tiempo después alguien me dijo que el bufo te enseña cantos. Le creo.
Creo que estaba en un momento de despersonalización. Quise retomar un poco de control sobre mi cuerpo y fue todo un logro sonarme un montón de flemas que me comenzaban a salir. No podía llevar la cuenta de las imágenes que se me atravesaban. Mi familia, el cielo, mi novia, mis amigos, la oscuridad, el sol, el río a un lado de mi casa, el lago, el ojo de agua donde nacen, las nubes que lo alimentan, el mar. El eterno presente. El todo y la nada simultáneos, efervescentes como las burbujas de las olas del mar o la caída de una cascada. En ese momento pensé que quizá no fue buena idea mentalizar al mar. Está muy maltratado. Tiene toda la historia del planeta. Con razón me está dando una revolcada.
Mi mente comenzó a irse a distintos lugares. Sentía presencias en el cuarto. Empecé a sentir la casa, el movimiento de las nubes, los árboles. Mientras le pasaban plumas a mi rostro me cantaban una canción ceremonial lakota que dice:
He yama yo wanna henne yo
He yama yo wanna henne yo
He yama yo wanna henne yo
Wahi hi yayhana he he he yo
wahi
he he he yo wahi
(Trad. Estamos aquí en el ahora y en todos lados, somos uno y todo)
¿Recuerdan que les decía que el 5-meo-dmt era un promotor de dmt? En este momento ya sentía a mi glándula pineal eyaculando dmt sin control. Los mantras incontrolables que me estaban saliendo sin querer se empezaron a convertir en un llanto tremendo. Me fluían imágenes y colores a mil por segundo. Todo muy psicodélico. Ya no quería pensar "Yo soy el mar" pero no podía parar. Sentía un dolor muy profundo, pero no nacía de mi cuerpo, no era mi pie, ni mi estómago, ni mi garganta que tantas veces se ha enfermado. Sentía que giraba todo a mi alrededor y yo estaba suspendido en otro espacio. He yama yo wanna henne yo. Sentía como nunca había sentido mi cuerpo, pero al mismo tiempo me sentía desnudo frente a todo, dándome cuenta de lo transitorio de mi cuerpo, lo fugaz de la vida, la certeza de la muerte, y la permanencia de mi espíritu. Mi mente y mi cuerpo estaban revolucionados y en sincronía. Sentía que estaba frente a frente con dios.
Era como si un rayo me hubiera atravesado en forma de un dolor que no venía de mi cuerpo, sino de algo más grande de lo que yo formo parte. Como si yo fuera una neurona que acabara de hacer sinapsis con una red neuronal de un cerebro gigante. Catarsis total. Lloraba a moco tendido. Exhalaba llanto, inhalaba dolor, pero un dolor místico, no era físico. Me seguía retorciendo. Pensaba en la profundidad del mar, los derrames de petróleo, las islas de plástico, las aguas negras y sentía lo absurdo de todo esto, de la civilización, de la vida humana. Me sentía responsable y avergonzado de la contaminación del mundo y sentía un dolor como si yo fuera una madre que estuviera siendo apuñalada por su propio hijo sin entender el motivo, y lloraba en consecuencia a esa emoción, preguntándome ¿Porqué, pero porqué me hacen esto? Mi conclusión es que si el agua está viva, también experimenta dolor. Si estoy hecho de agua, puedo conectar con ese dolor. Y eso creo que en resumidas cuentas fue lo que experimenté: El dolor del agua. Un dolor místico, que me absorbió por completo.
(Trad. Estamos aquí en el ahora y en todos lados, somos uno y todo)
¿Recuerdan que les decía que el 5-meo-dmt era un promotor de dmt? En este momento ya sentía a mi glándula pineal eyaculando dmt sin control. Los mantras incontrolables que me estaban saliendo sin querer se empezaron a convertir en un llanto tremendo. Me fluían imágenes y colores a mil por segundo. Todo muy psicodélico. Ya no quería pensar "Yo soy el mar" pero no podía parar. Sentía un dolor muy profundo, pero no nacía de mi cuerpo, no era mi pie, ni mi estómago, ni mi garganta que tantas veces se ha enfermado. Sentía que giraba todo a mi alrededor y yo estaba suspendido en otro espacio. He yama yo wanna henne yo. Sentía como nunca había sentido mi cuerpo, pero al mismo tiempo me sentía desnudo frente a todo, dándome cuenta de lo transitorio de mi cuerpo, lo fugaz de la vida, la certeza de la muerte, y la permanencia de mi espíritu. Mi mente y mi cuerpo estaban revolucionados y en sincronía. Sentía que estaba frente a frente con dios.
Era como si un rayo me hubiera atravesado en forma de un dolor que no venía de mi cuerpo, sino de algo más grande de lo que yo formo parte. Como si yo fuera una neurona que acabara de hacer sinapsis con una red neuronal de un cerebro gigante. Catarsis total. Lloraba a moco tendido. Exhalaba llanto, inhalaba dolor, pero un dolor místico, no era físico. Me seguía retorciendo. Pensaba en la profundidad del mar, los derrames de petróleo, las islas de plástico, las aguas negras y sentía lo absurdo de todo esto, de la civilización, de la vida humana. Me sentía responsable y avergonzado de la contaminación del mundo y sentía un dolor como si yo fuera una madre que estuviera siendo apuñalada por su propio hijo sin entender el motivo, y lloraba en consecuencia a esa emoción, preguntándome ¿Porqué, pero porqué me hacen esto? Mi conclusión es que si el agua está viva, también experimenta dolor. Si estoy hecho de agua, puedo conectar con ese dolor. Y eso creo que en resumidas cuentas fue lo que experimenté: El dolor del agua. Un dolor místico, que me absorbió por completo.
Sentía todo el amor del agua, su nobleza, y su docilidad al mismo tiempo que sentía todo su dolor por la mierda que recibe. Estaba conmovido hasta lo más profundo de mi espíritu. Lloraba y gritaba como loco por todo lo que nace para morir en este mundo lleno de confusión, por la ceguera en la que vive toda mi especie. Y los perros, dormidos. Ni se inmutaron. Como si supieran de qué se trataba todo el asunto, que iba a ver a dios de frente y regresaba. Dicen que los perros de tu vida te ayudan a cruzar el río que separa el mundo de los vivos y los muertos.
-¡Perdónanos, no sabemos lo que hacemos!- Grité. Tenía que hablar, desahogar un poco todo ese sentimiento tan fuerte. Intentando hacer cálculos ahora, yo creo que llevaba 7 minutos desde la primer bocanada. Seguí pidiendo perdón porque era la única forma que se me ocurría que podía liberar todo el dolor que estaba sintiendo. Estaba yo como representante de la especie humana. Cada lamento que venía con cada exhalación me aturdía y me mostraba cosas. Es difícil explicar lo que muestra el Bufo porque no necesariamente se trata de imágenes. No es tan visual como la Salvia Divinorum. Sí hay una manifestación clara de imágenes sicodélicas, colores y alucinaciones visuales, pero lo que llega, o por lo menos a mí, eran sucesiones de mensajes no verbales y situaciones, que quizá sí venían acompañadas de alguna imagen visual, pero eran demasiado difusas y fugaces para describirlas.
Siempre he pensado que la vida es un chiste. A la forma en la que Dave Chapelle lo pone. Todo es gracioso hasta que te pasa a ti. Es decir que todo tiene el potencial de ser gracioso, pero depende también de la distancia o el rol que uno tiene en ese chiste. Mientras más lejos esté uno, es más probable que hasta las desgracias ajenas sean chistosas. Como la caída de alguien.
Yo me preguntaba cuál es el fin de todo esto, porqué estoy sintiendo el dolor del agua del planeta entero si el agua del río que está cerca de mí está limpio. ¿Dónde está el meollo de la historia del humanidad? ¿Dónde está el chiste? Y me llegó mi respuesta. Reconocí los niveles de todos los implicados en la experiencia que estaba teniendo. Los elementos, el planeta, la humanidad, la historia, dios, o lo que sea me estaba contestando. Hay un guión oculto. Una historia escrita que combina el libre albedrío con ciertos roles de los que no podemos escapar. La vida sí es teatro. Todo está interconectado, y por eso, una vez que me despersonalicé y me disolví en la vastedad del agua, sentí la contaminación de fukushima y de las aguas negras como un puñal en el estómago. Pero el agua sí se sabe el guión. Incluso cumple su papel de dolerse. Porque ella no se irá. Por más daño que le hagamos. Mientras, el wey que me conducía la ceremonia repetía "Todo es justo y perfecto". La respuesta seguía. Sí, todo es justo y perfecto, aún lo más vil y cruel es parte de este guión.
La vida es una ironía, un absurdo donde los contrarios se generan el uno al otro. Un puto chiste. Pero entonces ¿para quién es el chiste? Y me llegó la respuesta: Para quien observa la historia. Y ese no puede ser nadie más que dios, o como chingados gustes llamarlo, lo que sea que esté fuera de este plano de existencia o lo haya engendrado. Entonces yo pasé de llorar a gritos, a reírme a carcajadas por haber cachado la travesura de Dios. Somos un chiste que no podemos entender porque somos personajes de él. Actores haciendo un papel que ni siquiera sabemos que tenemos, en una obra en la que no sabemos que estamos. Entonces, decepcionado por saber de la existencia de un chiste que nunca voy a entender, volví a llorar trágicamente. Continué así unos minutos. Me dolía la mandíbula por la mueca de llanto tan intensa y sostenida que estaba haciendo. Hasta que bajó un poco el efecto pude que pararme de la cama y tocar el suelo para hablar de lo que me llegó en el viaje y cortarlo un poco.
-Sentí el dolor del agua.- Dije, pero teniendo una gran comprensión del presente y mi papel en ese punto del planeta. Pensé por un momento que si todos tuvieramos esta sensación de comprensión podriamos vivir en paz sencillamente, no habría guerras. Habían pasado poco más de 10 minutos. Como anarco, buena parte de mi vida he sido ateo y he renegado de la religión. Sigo sin formar parte de ninguna religión, pero ahora respeto a todas las deidades. Creo en todos los dioses. Quizá el término sea Panteísta. No pienso involucrarme con ninguna religión, pero definitivamente no puedo seguir diciendo que soy ateo.
Tengo que decirle al lector que mi tesis de licenciatura fue sobre la historia del agua en la Ciudad de México y la idea de porqué estamos obligados a cagarnos en ella en excusados. Pero ese es otro tema. Solo le quiero hacer saber que efectivamente es un tema importante para mí. Después entendí que hay que tener cuidado con la invocación de los elementos cuando uno va a tener una experiencia con este tipo de sustancias, o para hacer cualquier trabajo espiritual. El agua, al igual que el resto de los elementos, guardan información como si fuera una computadora. Si uno no sabe navegar en esa información lo más posible es que se inunde o se disuelva. Sin embargo, siento que viví algo que me tocaba dentro de ese guión oculto que combina el libre albedrío y el destino. Fue como si el sapo me hubiera dicho "todas tus preocupaciones son los cortos previos a la película ¡te voy a enseñar un peliculón! Todo lo que has estudiado, pensado, escrito y hablado, ahora lo vas a vivir" Y así fue. Dolorosísimo.
Pero en términos terapéuticos, puedo decir que liberé una tristeza y un dolor que no sabía que tenía. Después de todos los mocos y llanto que solté mi garganta se liberó. Se liberó ese chakra. Yo siempre me contuve al cantar, aún siendo músico. Después de eso me solté. Sigo sin ser un gran cantante, pero ahora me aviento y estoy tratando de educar mi voz. Mi mandíbula que me dolía durante el llanto, estaba totalmente liberada al día siguiente, sin tensión. Me daba miedo entrar a mi cuarto porque sentía que Dios podía seguir ahí listo para ver a través de mí con toda la autoridad como creador para cuestionar y juzgar mis actos y pensamientos. Tuve flashbacks cuando fumaba mota por lo menos 15 días después. Eran demasiado leves en comparación a la experiencia de bufo, pero muchísimo más sicodélicos que cualquier toque de mota. Me costó una semana sentirme mas o menos normal.
También comprendí cómo es que pueden ayudar para tratar temas de adicciones. En todas las sustancias que he consumido con un afán recreativo, en el arte, o cualquier cosa que te pueda elevar, reconocí que todas tienen algo parecido al bufo. Una adicción puede ser en cierto sentido una exploración para contestar o negar una verdad. Aunque sea en una porción pequeña, tienen un poquito de esas respuestas que estamos intentando encontrar para dar sentido a nuestras vidas. Una calma breve para controlar la ansiedad de vivir. Pero el Bufo te da el plato de respuestas lleno. Y el espíritu del sapo está acompañándote compasivamente durante todo el viaje mostrando todas esas verdades crudas de la vida y la muerte. La experiencia es tan intensa que es capaz de anular la conducta adictiva. No digo que haya sido mi caso, porque no tengo vicios ni dependencias a sustancias. Solo digo que entiendo que tenga ese uso.
En fin, regresando al tema de Octavio Rettig y Gerry Sandoval, acusados de mala praxis, solo quiero decir que hay que tener mucho cuidado con la persona que conduzca la ceremonia así como con el setting (las condiciones donde se realizará el viaje). Hay toda una escena en el mundo de las medicinas sagradas, sin embargo, en el caso del bufo no hay una ceremonia de bufo tradicional como tal. Si bien los indígenas seris tienen una relación con la medicina, los que están compartiendo la medicina por el mundo no son indígenas. Queda por investigar a profundidad la aparición de esta medicina en la escena. Cada quien al parecer tiene su modo de realizar la ingesta de la sustancia o conducirla. No quiero decir que eso esté mal. Sin embargo, tratándose de que lo más probable es que uno va a tener la experiencia más intensa de su vida con esta medicina, recomiendo fuertemente prepararse mentalmente antes de consumir la medicina -incluso días o semanas antes-, a través de prácticas de meditación, o la práctica que pacifique más su mente. Y además investigar a las personas -que también son llamadas facilitadoras- que van a conducir el viaje. Si estas personas tienen denuncias de mala praxis y casos documentados en videos donde casi ahogan a personas en plena catarsis o las electrocutan, les recomiendo hacerlo con otra persona. Quizá parezca que esté de más decirlo, pero hay gente que sigue pagando por ser torturada a manos de estas personas que ya perdieron un poco el suelo. Y aquí hay una lección muy importante. No importa la cantidad de medicina que uno se meta o comparta. Uno siempre puede ser un completo pendejo. Se puede ser abusivo y chamán. No depositen su fe ni su dinero ciegamente. Y tratándose de una sustancia y una experiencia tan especial como lo es fumar bufo alvarius, acérquense a ella sin miedo, pero con el mayor respeto posible.
Para mayorinformación respecto a las denuncias
Pero en términos terapéuticos, puedo decir que liberé una tristeza y un dolor que no sabía que tenía. Después de todos los mocos y llanto que solté mi garganta se liberó. Se liberó ese chakra. Yo siempre me contuve al cantar, aún siendo músico. Después de eso me solté. Sigo sin ser un gran cantante, pero ahora me aviento y estoy tratando de educar mi voz. Mi mandíbula que me dolía durante el llanto, estaba totalmente liberada al día siguiente, sin tensión. Me daba miedo entrar a mi cuarto porque sentía que Dios podía seguir ahí listo para ver a través de mí con toda la autoridad como creador para cuestionar y juzgar mis actos y pensamientos. Tuve flashbacks cuando fumaba mota por lo menos 15 días después. Eran demasiado leves en comparación a la experiencia de bufo, pero muchísimo más sicodélicos que cualquier toque de mota. Me costó una semana sentirme mas o menos normal.
También comprendí cómo es que pueden ayudar para tratar temas de adicciones. En todas las sustancias que he consumido con un afán recreativo, en el arte, o cualquier cosa que te pueda elevar, reconocí que todas tienen algo parecido al bufo. Una adicción puede ser en cierto sentido una exploración para contestar o negar una verdad. Aunque sea en una porción pequeña, tienen un poquito de esas respuestas que estamos intentando encontrar para dar sentido a nuestras vidas. Una calma breve para controlar la ansiedad de vivir. Pero el Bufo te da el plato de respuestas lleno. Y el espíritu del sapo está acompañándote compasivamente durante todo el viaje mostrando todas esas verdades crudas de la vida y la muerte. La experiencia es tan intensa que es capaz de anular la conducta adictiva. No digo que haya sido mi caso, porque no tengo vicios ni dependencias a sustancias. Solo digo que entiendo que tenga ese uso.
En fin, regresando al tema de Octavio Rettig y Gerry Sandoval, acusados de mala praxis, solo quiero decir que hay que tener mucho cuidado con la persona que conduzca la ceremonia así como con el setting (las condiciones donde se realizará el viaje). Hay toda una escena en el mundo de las medicinas sagradas, sin embargo, en el caso del bufo no hay una ceremonia de bufo tradicional como tal. Si bien los indígenas seris tienen una relación con la medicina, los que están compartiendo la medicina por el mundo no son indígenas. Queda por investigar a profundidad la aparición de esta medicina en la escena. Cada quien al parecer tiene su modo de realizar la ingesta de la sustancia o conducirla. No quiero decir que eso esté mal. Sin embargo, tratándose de que lo más probable es que uno va a tener la experiencia más intensa de su vida con esta medicina, recomiendo fuertemente prepararse mentalmente antes de consumir la medicina -incluso días o semanas antes-, a través de prácticas de meditación, o la práctica que pacifique más su mente. Y además investigar a las personas -que también son llamadas facilitadoras- que van a conducir el viaje. Si estas personas tienen denuncias de mala praxis y casos documentados en videos donde casi ahogan a personas en plena catarsis o las electrocutan, les recomiendo hacerlo con otra persona. Quizá parezca que esté de más decirlo, pero hay gente que sigue pagando por ser torturada a manos de estas personas que ya perdieron un poco el suelo. Y aquí hay una lección muy importante. No importa la cantidad de medicina que uno se meta o comparta. Uno siempre puede ser un completo pendejo. Se puede ser abusivo y chamán. No depositen su fe ni su dinero ciegamente. Y tratándose de una sustancia y una experiencia tan especial como lo es fumar bufo alvarius, acérquense a ella sin miedo, pero con el mayor respeto posible.
Para mayorinformación respecto a las denuncias